Después de que su hijo sufra lesiones en un accidente, es probable que tenga muchas preguntas. “¿Cómo funciona el proceso judicial si la víctima es menor de edad?”. “¿Tendrá que ir mi hijo a juicio?”. Pues bien, lo cierto es que los casos de lesiones infantiles no difieren demasiado de las demandas por lesiones de adultos.
Qué esperar
Los dos procesos son fundamentalmente idénticos porque un niño lesionado merece una indemnización igual que un adulto. Un abogado evaluará el alcance de las lesiones del niño, el coste de las facturas médicas, el dolor y el sufrimiento, y otros daños para calcular una cantidad exacta de indemnización. También son habituales las investigaciones para obtener pruebas, testimonios y peritos.
Afortunadamente, nuestro equipo ha observado que, por lo general, los niños se recuperan mucho más rápido que los adultos en las colisiones automovilísticas y otros accidentes. Sin embargo, que se recuperen antes no significa que sus gastos médicos sean menos costosos ni que su sufrimiento sea menos traumático.
Cómo funcionan las reclamaciones por lesiones catastróficas
Por desgracia, nuestro equipo ha trabajado con numerosos menores que han sufrido lesiones catastróficas con daños permanentes o duraderos. Estos casos son únicos porque un abogado tendrá que acudir a los tribunales para asegurarse de que el acuerdo ofrecido es en el mejor interés del menor y que el acuerdo se destina al menor según lo acordado.
En Texas y Nuevo México, existe un procedimiento específico que mantiene el acuerdo seguro hasta que el menor cumple 18 años. Si se trata de un acuerdo menor, quedará en poder de la Secretaría del Tribunal o en una cuenta de ahorro especial a la que sólo podrá acceder el menor cuando cumpla 18 años. Para pagos de mayor cuantía, muchos compran una renta vitalicia de seguro estructurado que garantizará pagos libres de impuestos cuando el hijo alcance la mayoría de edad. Aunque todas las inversiones tienen un coste, una renta vitalicia estructurada tiene una tasa de rendimiento superior a la de depositar los fondos en la Secretaría del Tribunal, y tanto el capital como las ganancias están exentos de impuestos.
El papel del tutor ad litem
Un Tutor ad Litem (GAL) es un tercero, designado por el Tribunal, que trabaja en interés del menor perjudicado. El objetivo del GAL es asegurarse de que el acuerdo sea justo y adecuado para el menor y velar por que los fondos del acuerdo se inviertan correctamente. Como representante del Tribunal, la única obligación del Tutor ad Litem es para con el menor perjudicado. El GAL es pagado por la compañía de seguros de la parte que resuelve el litigio. He tenido el honor de actuar como GAL en numerosos casos de niños lesionados.
Si por nosotros fuera, ningún niño sufriría lesiones o daños, pero la realidad es que los accidentes ocurren todos los días. Si su hijo o la familia de alguien que usted conoce necesita orientación legal después de un accidente, llame al (915) 233-6427. Nuestro equipo puede garantizar que cada niño reciba la justicia y la indemnización que merece.