By harmonsonlaw on agosto 19th, 2019 in Responsabilidad civil
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El3 de agosto, mientras mi familia celebraba en Austin el almuerzo de cumpleaños de mi hijo Clayton, éste echó un vistazo al televisor cuando salíamos del restaurante. “Mira papá, ha habido un tiroteo en El Paso en Walmart”.
Lo primero que pensé fue que debía de estar equivocado: esto no puede ocurrir en nuestro El Paso. No nuestro hogar, una de las ciudades más seguras de América. No nuestro El Paso, la ciudad que nos ha acogido con cariño desde que nos mudamos aquí hace 15 años. No nuestro El Paso, donde sin duda habríamos estado de compras de vuelta al colegio igual que el resto de nuestros hermanos y hermanas que murieron y resultaron heridos tan innecesariamente. Como nuestra propia recepcionista, Beverly, que estaba de compras de vuelta al cole en el centro comercial Cielo Vista con su joven familia cuando se produjo el atentado terrorista en Walmart. Pudimos comprobar que nuestros empleados y familiares estaban a salvo, pero muchísimos otros no tuvieron tanta suerte cuando comprobaron cómo estaban sus seres queridos.
Mientras miraba fijamente el monitor y veía las noticias, supe que la ilusión de que El Paso era inmune a tales atrocidades se había hecho añicos para siempre en un instante. El 11 de septiembre, al ver las noticias de que un avión se había estrellado contra el World Trade Center, supe al instante que nuestro país había sido atacado por terroristas. Tuve la misma intuición al ver las primeras noticias sobre el atentado de El Paso. Fuimos atacados por un terrorista. No del tipo islámico radical, sino del tipo supremacista blanco, nacido y criado aquí mismo, en Estados Unidos. No demos un pase a este animal culpando a la enfermedad mental. Este monstruo premeditó sus acciones, condujo 650 millas hasta nuestra ciudad para descargar su rabia y odio contra nuestros hermanos y hermanas latinos. Este hombre es pura maldad.
Así que me encuentro enfadado y triste. Enfadado de que nuestro país esté tan dividido. Enfadado por la política divisiva y racial del momento. Enfadados porque nuestros políticos no adoptan una postura y se enfrentan a la violencia armada que asola nuestra nación, nuestros lugares de culto, nuestras escuelas, nuestros festivales y nuestros centros comerciales. Me entristece la pérdida de inocencia de nuestros hijos cuando intentamos explicarles lo que ha pasado. Tengo el corazón roto por este asesinato sin sentido, por la pérdida indescriptible para las familias de los fallecidos y por el daño físico y psicológico infligido a las víctimas del tiroteo y a esta comunidad.
En medio de toda esta tristeza y rabia, me viene a la memoria el conocido versículo del Salmo23: “Aunque ande en valle de sombra de muerte, no temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; tu vara y tu cayado me infundirán aliento”.
El Paso camina ahora por el valle, y siempre habrá maldad en nuestro mundo falible. El salmista, el rey David, reconoce la persistencia del mal en el mundo, pero elige confiar en Dios para su consuelo. Mi oración por los heridos y las familias de los que perdieron a sus seres queridos es que la curación y el consuelo de Dios estén con ellos en esta hora oscura. Y para que Dios consuele a El Paso en su lucha contra esta tragedia.
También sé lo fuerte que es nuestra comunidad. El hashtag #ElPasoStrong se ha disparado y ha habido una avalancha de apoyo tanto aquí como en el extranjero. Aunque El Paso ha sufrido una tragedia monumental, seguiremos adelante.
Harmonson Law Firm se enorgullece de defender a nuestra comunidad y dar voz a los que se vieron afectados por el tiroteo masivo de El Paso Walmart. Si usted resultó herido o perdió a un ser querido, entonces puede presentar una demanda en busca de un cierre y un sentido de justicia contra Walmart por su incapacidad para prevenir el ataque. Para obtener más información, o simplemente para hablar con alguien que entiende lo que está pasando, por favor llame a nuestra firma al (915) 228-4140. Consultas gratuitas y confidenciales están disponibles.
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